lunes, 18 de mayo de 2015

Gotitas de rutina

    Cada día estoy más liada, con menos tiempo y ocho mil proyectos. Pero me encanta, no conozco otra forma de estar y espero no pasar drásticamente de 100 a 0, aunque eso nunca se sabe y no se puede controlar.

    Aquí os dejo un poco de mis días, de mi gato negro que es precioso y que adora una cámara. Del camino que recorro y que me parece precioso mientras voy a casa de mi amor, de esa persona que me hace tan feliz.

    Poco a poco y nunca rendirse. Esas son las claves, no agotarse mentalmente es vital, fuera agobios. Poco a poco hay que disfrutar de cada pasito y aunque suene a tópico, la vida solo es una y no debe ser aburrida, debemos llegar al final y decir, Joder!! ha sido una puta pasada.

   Y así deberíamos morirnos, con la sonrisa en la boca porque cada segundo de la vida ha sido nuestro. El ser humano piensa demasiado como para ser feliz, deberíamos pensar menos y lanzarnos más. No os lo digo porque si, lo digo precisamente porque tengo una historia larga, que pesa mucho, pero que me hace estar orgullosa de la mirada que me ha puesto en los ojos para mirar la vida de frente.











viernes, 1 de mayo de 2015

Como la peste negra

    
 Almas puras, inocentes, vacías de saber. Así nacemos y nunca volvemos a ese estado. La sociedad te enseña y cría para que seas parte del rebaño, para que dudes de lo que ellos quieren que dudes, para no apreciar cada día como si fuera el último.

     Nos borra la idea de arriesgar y vivir sin tener nada que perder. La vida es finita y gran parte de ella la pasamos pensando que somos infelices.

     Los miedos, inseguridades y dudas nos acompañan en el crecimiento. Los canónes sociales marcan cada decisión que tomamos.

    La sociedad no quiere que seamos libres y nos enferma y mata lentamente con sus aires llenos de prejuicios.

    Nos vacía lentamente hasta matarnos el espíritu como si fuera la peste negra.

    Modelo: David Valencia Spínola, 9 años.